La misión Lucy, lanzada por la NASA el 16 de octubre de 2021, representa una de las aventuras más ambiciosas en la exploración espacial moderna. Este proyecto se centra en el estudio de los asteroides troyanos de Júpiter, cuerpos celestes que orbitan el Sol en los puntos de Lagrange del gigante gaseoso. Estos asteroides se consideran fósiles del sistema solar primitivo, ofreciendo una ventana única para comprender su formación y evolución.
La misión toma su nombre de “Lucy”, el famoso fósil de Australopithecus afarensis descubierto en 1974, que revolucionó la comprensión de los orígenes de la humanidad. Al igual que ese hallazgo paleontológico, se espera que la misión Lucy arroje luz sobre los orígenes del sistema solar, revelando pistas sobre cómo se formaron los planetas hace más de 4,000 millones de años.
La misión tiene como objetivo principal estudiar ocho asteroides durante su viaje de 12 años: siete asteroides troyanos y un asteroide del cinturón principal llamado Donaldjohanson, en honor al descubridor del fósil Lucy. Los objetivos específicos incluyen:
Analizar la superficie y composición de los asteroides para identificar elementos, minerales y compuestos orgánicos, proporcionando información sobre las condiciones químicas del sistema solar temprano.
Determinar la densidad y estructura interna de los asteroides, lo que ayudará a entender si son fragmentos monolíticos o acumulaciones de escombros.
Estudiar la diversidad entre los troyanos para inferir cómo y dónde se formaron antes de ser capturados por Júpiter.
Usar los cráteres y características superficiales para estimar las edades relativas de las superficies.
Lucy sigue una trayectoria compleja que incluye múltiples asistencias gravitatorias alrededor de la Tierra para alcanzar su objetivo. Su itinerario cubre dos enjambres principales de asteroides troyanos: uno que precede a Júpiter en su órbita y otro que lo sigue.
Paneles solares gigantes: Lucy está equipada con dos paneles solares circulares de 7.3 metros de diámetro cada uno, necesarios para generar suficiente energía en las regiones distantes y frías del sistema solar.
L’TES (Espectrómetro Térmico): Mide el calor emitido por los asteroides para determinar sus propiedades térmicas.
L’LORRI (Cámara de Alta Resolución): Captura imágenes detalladas de las superficies.
L’Ralph: Incluye un espectrómetro de imágenes infrarrojas y un generador de imágenes en color para estudiar la composición superficial y la estructura.
Dinkinesh y su satélite binario Selam (2023): Un sistema en el que el satélite esta compuesto por dos fragmentos que están unidos por contacto.
Donaldjohanson (2025): Un asteroide del cinturón principal que servirá como punto de calibración y primer estudio.
Eurybates y su satélite Queta (2027): Representante de los asteroides tipo C ricos en carbono.
Polymele (2027): Caracterizado por ser el más pequeño del grupo.
Leucus y Orus (2028): Objetos que muestran tasas de rotación extremadamente lentas.
Patroclus-Menoetius (2033): Un binario único en el enjambre posterior de troyanos.
Los asteroides troyanos son cápsulas del tiempo que han permanecido prácticamente intactas desde la formación del sistema solar. A diferencia de los asteroides del cinturón principal, los troyanos habitan una región más estable, protegiéndolos de colisiones frecuentes y alteraciones significativas.
¿Qué papel jugaron los asteroides troyanos en la distribución de agua y compuestos orgánicos en el sistema solar?
¿Cómo se ensamblaron los bloques de construcción de los planetas?
¿Qué dinámicas orbitales permitieron la captura de estos asteroides por Júpiter?
La misión enfrenta desafíos técnicos y logísticos significativos, desde la navegación precisa hasta la resistencia de los instrumentos en ambientes extremos. Sin embargo, el diseño innovador de la nave y el riguroso plan de vuelo buscan mitigar riesgos.
Lucy es más que una misión científica: es un testimonio del ingenio humano y el deseo de comprender nuestros orígenes cósmicos. A medida que la nave recorra su camino a través de estos cuerpos primitivos, abrirá una nueva era en la exploración espacial, brindando datos que no solo ampliarán nuestro conocimiento del sistema solar, sino que también ayudarán a contextualizar nuestra existencia en el universo.
La misión promete ser un pilar clave en la astrofísica moderna, inspirando a futuras generaciones de exploradores y científicos.
Dairam Domínguez // 2024-Nov-20